Muchachos quién soy yo para hablarles de genios, pero he aquí mi muy humilde punto de vista sobre el creador del suspenso como lo conocemos y sobre su uso increíble de la música… el gran Alfred.
Barroco en imagen y expresionista en música, el cine de Alfred Hitchcock es, sobre todo, una obra ingeniosa en la que el autor se divierte con la técnica para sorprender al espectador con algo que no esperaba. Jugando con la imagen, con la rapidez con la que el sonido llega al cerebro, Hitchcock escenifica la música como si se tratara de un personaje más: un leit motiv que expresa estados anímicos o de conciencia; provoca miedos, crea complicidades con las imágenes. Es la banda sonora el efecto sorpresa el que se convierte en el asesino y arma; el arma que lacera realmente al espectador convirtiéndolo en la víctima principal de la historia. De este modo el espectador resulta herido dos veces: la primera, a través de la música y, la segunda, por los repetidos impactos más sórdidos, más realistas del arma que se ensaña contra el cuerpo de Marion hasta que se desploma deslizándose poco a poco en la bañera.
La música es de Bernard Herrmann que es también el autor de la música de Ciudadano Kane y El cuarto mandamiento de Orson Welles. Un genio y creador de música polivalente. Bandas sonoras que entran por los poros; personifican atmósferas, encarna el espíritu. Es capaz de hacer énfasis sobre los rasgos de ciertas situaciones, personas o ideas. Música que araña, abofetea, envuelve, miente, se agranda, relata, se calla; es conciencia, impulso, pulsión; es pensamiento. Jamás demasiado bella, pero siempre muy potente. Jamás seductora pero, eso sí, espejo. La música de Bernard Herrmann acuña su audiencia.
Aunque el buen Alfred trabajó con muchos otros compositores (que están en la siguiente lista) el músico de cabecera y dupla inigualable fue Bernard. En fin, alli les van unas rolitas que deben de escuchar (primero el nombre, luego la película que la contiene y por último el compositor).
1. Prelude de North by Northwest (Bernard Hermann)
2. Scéne d`amour de Vertigo (Bernard Hermann)
3. Juke Box #6 de Rear Window (Franz Waxman)
4. Theme de I Confess (Dimitri Tiomkin)
5. Main Title de Torn Curtain (John Addison)
6. End Credits & End Titles de Family Plot (John WIlliams)
7. A Portrait of Hitch de The Trouble With Harry (Bernard Hermann)
8. Suite de Psycho (Bernard Hermann)
9. Prelude de The Wrong Man (Bernard Hermann)
10. Theme de Dial M for Morder (Dimitri Tiomkin)
11. Marnie de Marnie (Bernard Hermann)
12. The Ship/The Radiogram de Torn Curtain (Bernard Hermann)
13. Cantata- The Store Clouds de The Man Who Know To Much (Arthur Benjamín)
Todas estas canciones las pueden encontrar en el CD “Hitchcock et la musique” un compilado excelente, o bien, pueden navegar un rato por la página www.bernardhermann.org.
Les mando besos y sountracks a repartir,
Eva
Por otro lado, me hizo reflexionar en lo sonoro de nuestra ciudad, sobre todo en el aspecto musical de muchos de los personajes (que raro que yo relacione algo con la música ¿verdad?). Imaginé a Pedro Infante cantando “Amorcito Corazón” y porque no, a Maria Felix con un disco de título “Enamorada” nombre que contraría su imagen de devoradora de hombres; habría que destacar en la lista de devorados por la Doña a Jorge Negrete y Agustín Lara, ambos grandes íconos e influencias de la música y cinematografía nacional. Recordé a un icono como Tin Tan, quien décadas después, provoca que “La Maldita Vecindad” le rinda tributo a su imagen de pachuco. Siguiendo sus pasos, se encuentra la banda enmascarada Lost Acapulco o el surf de Los Esquizitos quienes reciben inspiración divina por la imagen de El Santo; que paradójicamente ambos terminan contribuyendo en la banda sonora de Sexo, Pudor y Lágrimas que poco tiene que ver con El Santo, los rings y el surf. 
